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Por el camino de Swann, Marcel Proust

18 de febrero de 2013

Por el camino de Swann

Ahora sí. Habiendo leído Unos amores de Swann en noviembre estaba decidido a completar la lectura de Por el camino de Swann en cuanto estuviera más libre. Esta determinación y la reseña que Carol publicó en su blog 10.15 Saturday Night (que bien podríais leer en lugar de ésta), terminaron por decidirme.

Por el camino de Swann es el primero de los siete libros que componen En busca del tiempo perdido. Como nos sugiere el título, el tiempo, la pérdida y el recuerdo son los temas centrales de esta extensa obra que es, entre otras muchas cosas, una novela psicológica en la que la introspección está siempre en primer plano.

Marcel Proust, luchando contra el olvido, nos narra una especie de biografía novelada, rememorando lo sucedido e intentando, a través del recuerdo, recrear lo vivido. En este proceso la estética cobrará una gran importancia como factor trascendental del recuerdo de forma que, a su servicio, encontraremos largas descripciones que interrumpen la acción. Al ser lo estético tan relevante en la obra, los sentidos jugarán un papel destacado, convirtiéndose en un vehículo para el recuerdo:

“Pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más persistentes y más fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan, sobre las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo.”

Además de verse asaltada por extensas descripciones, la acción queda subyugada a la expresión del sentir y el pensar del autor y de todo lo que se recuerda como sentido y pensado, expuesto a modo de diálogo interior. La elección de esta fórmula dialéctica me ha parecido muy acertada pues parece invitar al lector a la reflexión conjunta sobre lo que se está exponiendo.

Uno de los elementos sobre los que se reflexiona son las relaciones sociales, generalmente delimitadas por unas formas rígidas que, no obstante, también se rompen en ocasiones. Las relaciones del protagonista con su familia, de ésta con Swann y las relaciones de Swann en París constituyen el marco en el que se desarrolla la novela y sirven para reflexionar sobre aspectos de la relación social en sí misma y otros de índole moral:

“Llenamos la apariencia física del ser que está ante nosotros con todas

las nociones que respecto a él tenemos, y el aspecto total que de una

persona nos formamos está integrado en su mayor parte por dichas

nociones. Y ellas acaban por inflar tan cabalmente las mejillas, por

seguir con tan perfecta adherencia la línea de la nariz, y por matizar tan

delicadamente la sonoridad de la voz, como si ésta no fuera más que

una transparente envoltura, que cada vez que vemos ese rostro y oímos

esa voz, lo que se mira y lo que se oye son aquellas nociones.”

“No hay nadie, por muy virtuoso que sea, que por causa de la complejidad de las circunstancias, no pueda llegar algún día a vivir en familiaridad con el vicio que más rigurosamente condena.”

Otro de los aspectos centrales de la reflexión son las artes, representadas bajo las más diversas formas (pintura, música, literatura, arquitectura, teatro…). Las citas a libros, obras pictóricas, actores y actrices o piezas musicales son extraordinariamente numerosas y el proceso de creación ensalzado:

“Sabía que hasta el recuerdo del piano falseaba el plano en que veía las cosas de la música, porque el campo que se le abre al pianista no es un mezquino teclado de siete notas, sino un teclado inconmensurable, desconocido casi por completo, donde aquí y allá, separadas por espesas tinieblas inexploradas, han sido descubiertas algunos millones de teclas de ternura, de coraje, de pasión, de serenidad que le componen, tan distintas entre sí como un mundo de otro mundo, por unos cuantos grandes artistas que nos han hecho el favor, despertando en nosotros la equivalencia del tema que ellos descubrieron, de mostrarnos la gran riqueza, la gran variedad oculta, sin que nos demos cuenta, en esa noche enorme, impenetrada y descorazonadora de nuestra alma, que consideramos como el vacío y la nada.”

La obra contiene también alguna acción, dividida en tres partes:

Combray: en la que se nos narra la infancia del protagonista en un pueblo francés realmente llamado Illiers y que tras la notoriedad alcanzada por la obra pasaría a denominarse Illiers-Combray. Se nos presenta el entorno familiar del protagonista: las peculiaridades de su tía, el anhelo de amor materno… Quizás es la porción en la que más destaca el empleo de la descripción. Además se extrae el porqué del nombre del libro: en Combray existen dos opciones para el paseo y una de las posibilidades es andar por el camino de Swann.

Unos amores de Swann, la parte más ligera de la obra con diferencia narra la relación entre Swann y Odette, constituyéndose también en una ridiculización de las relaciones sociales de etiqueta de la burguesía francesa de la época. Engañado, leí este fragmento de forma independiente por lo que si estáis interesados podéis encontrar una reseña completa aquí.

Nombres de tierras: el nombre, en la que tras una reflexión sobre la capacidad descriptiva y de estímulo a la imaginación de los nombres de las ciudades, se relata el inicio del interés del protagonista en las relaciones amorosas, con los Campos Elíseos como escenario.

Por el camino de Swann es un ejemplo de buena escritura  y una obra cuya lectura os merecerá la pena acometer, siempre que os encontréis con fuerzas suficientes.

Ficha técnica:

Materia: Narrativa

Autor: Marcel Proust

Título. Por el camino de Swann

Editorial: Unidad editorial (El mundo)

Traducción: Pedro Salinas

Tapa dura

Páginas: 357

Lectura de complejidad intermedia

From → Narrativa

6 comentarios
  1. No conocía la saga, pero me llama la atención.
    Nunca he visto este libro en mi país, pero estaré atenta para darle una oportunidad.
    ¡Me gustaron tus botas!
    Un besín.

    • Espero que haya alguna versión a tu alcance si te ha interesado porque merece la pena atreverse a leerlo.
      A mí también me gustan las botas de la foto pero he de decirte que no son mías, sino de mi novia, a la que le transmitiré tu opinión en cuanto pueda.
      Muchas gracias por pasarte a comentar.

  2. Gracias por la mención a mi reseña, me alegra que te animaras con la novela y seguro que seguimos con Proust ¿no? Aunque sea una lectura algo dura creo que vale la pena ya solo por la calidad literaria que tiene, así que a por el segundo ¿verdad? Yo aún no sé cuándo podré ponerme con él, aunque lo tengo ya en casa. Bsos

    • Pues para serte sincero Carol no sé cuando me pondré con A la sombra de las muchachas en flor. Aún no lo tengo pero es que además últimamente siento que tengo mucho que descubrir en cuanto a literatura se refiere y no sé si prefiero ahondar en Proust o dedicarme antes a otras cosas de mi lista. Seguro que continuar con En busca del tiempo perdido es enriquecedor pero en mi caso va a esperar, al menos por el momento. Gracias a ti por pasarte y comentar.

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